Para muchos usuarios de lentes de contacto, es esencial entender que dormir con las lentes puestas (a menos que esté explícitamente autorizado por un óptico) puede representar riesgos significativos para la salud ocular. Aquí te explicamos por qué:
- Dormir con lentes de contacto, especialmente aquellas no diseñadas para uso nocturno, aumenta significativamente el riesgo de infecciones oculares graves.
- La combinación de un entorno de ojos cerrados y la presencia de una lente de contacto puede reducir el suministro de oxígeno a la córnea, lo que puede llevar a complicaciones.
- Usar lentes durante el sueño puede causar incomodidad, enrojecimiento, sequedad e incluso visión borrosa al despertar.
- Aunque algunas personas pueden dormir con las lentes puestas, debe ser bajo la guía y autorización de un óptico para asegurar que sea seguro y adecuado para el individuo.
- Además, el óptico puede recomendar cambiar las lentes actuales si no están diseñadas para ser usadas por períodos prolongados.
¿Qué lentes se pueden usar para dormir?
Es fundamental entender que no todas las lentes de contacto están hechas para uso nocturno o prolongado. Solo lentes específicas, recomendadas por un óptico, deben ser usadas para este propósito. Usar lentes no diseñadas para uso prolongado puede resultar en división, desgarro o desintegración durante su uso, lo que puede ocasionar serios problemas de salud ocular.
Existen lentes de contacto específicas diseñadas para uso prolongado, lo que significa que pueden usarse continuamente durante varios días o incluso semanas. Estas lentes están fabricadas con materiales que permiten una mayor cantidad de oxígeno pasar a la córnea, haciéndolas más adecuadas para un uso prolongado, incluyendo el uso durante el sueño.
¿Quién puede ser un candidato adecuado para lentes de uso prolongado?
Factores que pueden hacer que alguien sea un buen candidato incluyen:
- Individuos con un historial de excelente salud ocular, sin infecciones frecuentes u otras complicaciones.
- Aquellos cuyas actividades, entorno laboral y patrones de sueño, como aquellos que trabajan en turnos nocturnos, son compatibles con el uso de lentes de contacto de uso prolongado.
- Aquellos que han demostrado rutinas rigurosas de limpieza y cuidado de las lentes para minimizar el riesgo de infecciones.
- Compromiso con seguimientos regulares con un óptico para monitorear la salud ocular.
- Personas que no tienen una condición de salud subyacente que pueda predisponerlas a complicaciones en los ojos.
¿Quién puede ser aconsejado en contra de dormir con lentes?
Aunque algunas personas pueden usar lentes de uso prolongado de manera segura, a otras se les puede aconsejar no hacerlo por varias razones:
- Aquellos con condiciones como ojos secos, blefaritis, infecciones oculares frecuentes u otras condiciones (como diabetes, enfermedades autoinmunes, trastornos de la tiroides, presión arterial alta, etc.) podrían ser aconsejados en contra del uso de lentes nocturnas.
- Individuos que tienen dificultades para mantener una rutina consistente de limpieza de lentes o que frecuentemente usan sus lentes diarias más allá de la duración recomendada.
- Personas que han experimentado anteriormente problemas como abrasiones corneales, úlceras u otras complicaciones relacionadas con las lentes.
- Aquellos que trabajan en entornos con mucho polvo, humo u otros irritantes que pueden aumentar el riesgo de complicaciones cuando se combinan con el uso prolongado de lentes.
- Individuos que no visitan a su óptico regularmente podrían no ser considerados adecuados para lentes de uso prolongado debido a la falta de monitoreo continuo de la salud ocular.
Si estás considerando dormir con lentes de contacto, siempre consulta con tu óptico. Ellos determinarán si es apropiado para ti y te recomendarán el tipo adecuado de lente basado en tu salud ocular y estilo de vida.